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September 5, 2024Por: Diana Lorena Quintero Parra. Asesora del Campo porgramático de Mitigación de la crisis socioecologica .CODHES
Colombia ha dado un paso trascendental en la protección de su amplia biodiversidad y en la defensa de los derechos ambientales. La Corte Constitucional ha aprobado el Acuerdo de Escazú, un hito histórico que marca un antes y un después en la relación entre el Estado y la sociedad civil en materia ambiental. Este acuerdo no solo representa un avance en la protección del medio ambiente, sino que también fortalece los derechos humanos de las comunidades más vulnerables, particularmente aquellas afectadas por el desplazamiento y la conflictividad territorial.
El Acuerdo de Escazú es el primer tratado regional en América Latina y el Caribe que se centra en garantizar el acceso a la información ambiental, la participación ciudadana en la toma de decisiones y el acceso a la justicia en asuntos ambientales. Colombia siendo un país con una biodiversidad única y con una larga historia de conflictos socioambientales, este acuerdo representa una herramienta fundamental para; proteger los derechos de las comunidades más vulnerables, especialmente aquellas afectadas por el conflicto armado y la explotación de recursos naturales, estas tendrán un papel más activo en la toma de decisiones que afectan sus territorios. Asimismo, fortalece la protección de los defensores ambientales que a menudo enfrentan amenazas y violencia por su trabajo. El Acuerdo de Escazú, se complementa con otros acuerdos internacionales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París, reforzando el compromiso de Colombia con la sostenibilidad y la justicia ambiental.
La aprobación del Acuerdo de Escazú es solo el comienzo, para que este acuerdo se traduzca en cambios reales en la vida de las comunidades, para que los beneficios del acuerdo se materialicen en el país, es imperativo tomar acciones como el desarrollo de políticas nacionales; es crucial que el gobierno colombiano desarrolle y ponga en marcha políticas y regulaciones claras que alineen las leyes nacionales con las obligaciones del Acuerdo de Escazú. Esto incluye la creación de mecanismos efectivos para garantizar el acceso a la información ambiental y la participación ciudadana en todos los niveles de toma de decisiones. Asimismo, es indispensable que se fortalezcan las medidas de protección para los defensores de derechos humanos y ambientales, quienes juegan un papel fundamental en la implementación de este acuerdo. El gobierno debe garantizar su seguridad y brindarles apoyo en su labor de defensa del medio ambiente.
Para que el Acuerdo de Escazú tenga un impacto real, es necesario promover la educación y sensibilización sobre los derechos y obligaciones que este conlleva. Las comunidades, especialmente aquellas en zonas rurales y de conflicto, deben ser informadas y capacitadas para hacer valer sus derechos bajo este acuerdo. La implementación del Acuerdo de Escazú
debe ser rigurosamente monitoreada y evaluada para asegurar que los compromisos asumidos se cumplan de manera efectiva. Es fundamental que la sociedad civil y las organizaciones como CODHES estén activamente involucradas en este proceso.
En CODHES celebramos esta importante decisión y reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando por la protección de los derechos humanos y ambientales en Colombia y la región. El Acuerdo de Escazú nos brinda una nueva oportunidad para construir un futuro más justo y sostenible, continuaremos apoyando a las comunidades desplazadas y vulnerables en su lucha por la justicia y la defensa de sus territorios, en línea con los principios del Acuerdo de Escazú.
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