
La Mesa Distrital de Víctimas de Bogotá, con apoyo de CODHES, avanza en propuestas para soluciones duraderas e integración local
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¡Migrar es un derecho humano!
April 8, 2025Por: Nicolás Bermúdez Pitta, investigador proyecto “Derecho a Defender los Derechos Humanos en Latinoamérica y el Caribe”
Cuando pensamos en defensoras y defensores de derechos humanos, a menudo imaginamos a defensores ambientales, defensores del territorio o periodistas. Sin embargo, estos grupos enfrentan una violencia extrema y un riesgo elevado en América Latina, una de las regiones más peligrosas para la defensa de los derechos. Según Global Witness, esta región concentra el mayor número de asesinatos de defensores del medio ambiente a nivel mundial, con un alarmante 88% de estos asesinatos ocurridos en 2022. Países como Colombia, Brasil, México, Honduras y Guatemala se destacan como particularmente peligrosos para quienes defienden los derechos humanos.
Además, América Latina también se destaca por la migración y por los desplazamientos forzados causados por los conflictos, situaciones políticas marcadas por la represión y falta de garantía de derechos fundamentales o por desastres naturales, ¿Quién se ocupa de defender los derechos de personas migrantes y refugiadas?, ¿Cuál es el rol de las personas defensoras de los derechos humanos en contextos de movilidad humana forzada? y ¿Por qué deberían importarnos?
Desde CODHES, en el marco del proyecto “Derecho a defender los derechos humanos en América Latina y el Caribe” hemos trabajado de la mano con más de 30 organizaciones de 10 países de la región y a partir de esta articulación compartimos un análisis a estas preguntas.
Las personas defensoras de los derechos humanos de la población en movilidad humana, principalmente forzada, son quienes se ocupan de dar atención, apoyo, protección y promoción de los derechos de migrantes, refugiados, desplazados, solicitantes de asilo y retornadas en cada país, tanto a quienes se encuentran en tránsito a través de la región y/o a quienes llegan con una vocación de permanencia a diferentes comunidades para reiniciar su vida y que están en búsqueda de seguridad, oportunidades económicas y un mejor futuro.
Aunque las labores de defensa abarcan múltiples tareas, desde la escucha y el acompañamiento hasta la defensa jurídica o política de las personas en movilidad, algunas de las participantes en el proceso investigativo se caracterizan por:
- Ser mediadoras entre la sociedad civil y las instituciones gubernamentales para garantizar que las necesidades de estas poblaciones sean atendidas y sus derechos respetados, incidiendo -también- en la creación e impulso de Políticas que protejan sus derechos.
- Brindar atención directa a nivel humanitario en salud, albergue, alimentación o protección con asesoría jurídica o acompañamiento psicosocial; así como facilitar el acceso a servicios esenciales como educación, salud o regularización migratoria.
- Documentar y denunciar situaciones relacionadas con la violaciones a los derechos humanos de la población en movilidad humana para exigir mejores condiciones.
- Sensibilizar y promover acciones para combatir la discriminación contra personas en movilidad humana.
- Y otras acciones de apoyo y acompañamiento que varían según cada territorio en el que se encuentran.
Es importante destacar que las labores de defensa muchas veces son ejercidas por personas que han vivido la movilidad humana forzada y que este trabajo puede darse desde organizaciones de la sociedad civil, la academia, organismos internacionales o desde los mismos liderazgos comunitarios, sin necesariamente formar parte de una estructura institucional.
La labor de las personas líderes y defensoras de los derechos de la población en movilidad humana es crucial porque garantiza la dignidad y el respeto a los derechos fundamentales de quienes se ven forzados a migrar. En diversas ocasiones las personas defensoras de la sociedad civil son los primeros respondientes pues llegan a quienes más lo necesitan incluso antes que el Estado, aunque cada Estado sea el responsable legal por garantizar los derechos de sus ciudadanos y de quienes están de paso dentro de su territorio.
También gracias al apoyo de las personas defensoras, aquellos que retornan o llegan a nuevas comunidades de acogida, pueden sentirse apoyados para reconstruir su proyecto de vida, aportar a la sociedad y a la economía que los recibe y generar una verdadera integración.
Las personas defensoras de los derechos de la población en movilidad humana juegan un papel fundamental para la promoción, la protección y la materialización de los derechos humanos a nivel nacional e internacional. Su trabajo contribuye a la estabilidad social, al fortalecimiento de sistemas de protección, al crecimiento de la economía y a la construcción de sociedades más justas e incluyentes.
Sin embargo, la situación actual de defensoras y defensores de los derechos de la población migrante y refugiada es preocupante, puesto que enfrentan múltiples desafíos, incluyendo amenazas, estigmatización, xenofobia y una escasez de recursos y apoyo, lo que dificulta el poder realizar su labor. Por lo anterior, urge garantizar su protección y crear entornos seguros para que puedan ejercer su trabajo. El cuidado y la seguridad adecuados son, en consecuencia, pilares fundamentales para el éxito y la sostenibilidad de la defensa de los derechos humanos.
Proteger y reconocer la labor de las personas defensoras de la población en movilidad humana es urgente #Conectaporlosderechos